Pocos conjuntos tan sencillos son capaces de expresar tanto como la
sonrisa. Ésta está compuesta apenas por unos cuantos elementos: labios, dientes
y encía. Sin embargo, su configuración es fundamental para cumplir los
principales objetivos de la sonrisa: expresión, transferencia de sensaciones e
identidad. El atractivo de una sonrisa
es parte fundamental de su identidad y representa a la persona. Pero… ¿Qué es
lo que hace atractiva a una sonrisa?
En el eje central de una sonrisa encontramos
los incisivos superiores y su encía. Su proporción y configuración ejercen un
impacto visual inmediato. Es lo que llamamos miniestética de la sonrisa.
Consideramos que una sonrisa
atractiva no expone más de un milímetro de encía y no menos de casi todo el
incisivo central superior (“paletos o palas”). Una gran exposición de encía
durante la sonrisa es lo que se conoce como sonrisa gingival. Es más frecuente en mujeres y con la edad
disminuye ya que el labio superior cae varios milímetros.
En el otro extremo se encuentra
la sonrisa con déficit de exposición
dental o línea de la sonrisa baja.
En este caso la persona durante la sonrisa expone los incisivos superiores muy
poco, nada o incluso expone los incisivos inferiores. Esta sonrisa da un
aspecto de persona mayor y es poco estética. Es más frecuente en hombres,
aunque su impacto antiestético es mayor en mujeres. Con la edad empeora también
debido a la caída del labio superior.
Dr Pedro M Losa
Cirujano Oral y Maxilfacial